PENDE

 

Localización:   Zonas de Idiofa y Gungu, Región de Bandundu

Pueblos vecinos: Yaka , Suku , Tchokwe

Historia: Se puede rastrear la historia del pueblo Pende, junto con la de sus vecinos Yaka y Suku, que los situaba hace 500 años entre costa Atlántica y el río Kwanza (Cuanza) de la actual Angola. Es hacia en año 1620, cuando la presión expansionista del imperio Lunda les fuerza a abandonar sus tierras y emigrar hasta su actual territorio. Se distinguen dos grupos Pende : un grupo occidental que vive al este del teritorio Yaka y un grupo oriental establecido en la ribera occidental del Río Kasai. Aunque entre ambos hay bastantes diferencias culturales, ambos se consideran como pertenecientes a la misma etnia Pende. Hacia 1885, la expansión Tchokwe supone su sometimiento al vasallaje de los mismos. La llegada de los colonialistas belgas detuvo la expansión Tchokwe, salvando tempotalmente la independencia del pueblo Pende.

Economía: Los Pende son principalmente agricultores, siendo sus cultivos más importantes, mijo, maíz, plátano y cacahuete. Las mujeres hacen la mayoría del trabajo de la granja y son las responsable de la comercialización de sus productos en los mercados locales. Los hombres ayudan a la limpieza de los campos y contribuyen a la dieta familiar con la caza ocasional y la pesca en los numerosos ríos locales.

Sociedad: El sistema político Pende es principalmente controlado por el sistema de linajes. No hay un poder político central reconocido, y los jefes locales no ejercen autoridad muy grande. La familia extendida parece servir las necesidades de mando social dentro de las comunidades individuales. Los Pende son una sociedad matrilineal, y el tío maternal de más edad en una familia normalmente se reconoce como la cabeza del linaje, una posición que le obliga a velar por el bienestar de la familia y la atención de los espíritus de los antepasados del linaje.

Religión: Mantienen el culto a los antepasados (mvumbi), a cuyos espíritus se aplaca a través de rituales y ofrendas. El cabeza de la familia es el responsable del cuidado de las urnas y de celebrar los rituales correspondientes para aplacar a los espíritus de los antepasados. Creen que estos espíritus pueden ser buenos o malos dependiendo de la manera en que murieron. Cuando los antepasados son abandonados causarán males y perjuicios a la familia. El resultado puede ser una enfermedad o una desgracia y para neutralizar este daño será necesario recurrir a un médico-adivino que determine el origen de la enfermedad y determine la manera mejor de aplacar al espíritu que la causó.

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